Enclavada en los soleados valles de Turquía, la tradición de secar albaricoques se remonta a siglos atrás y se entrelaza con el rico legado agrícola del país. Desde las antiguas civilizaciones de Anatolia hasta los bulliciosos mercados modernos, los albaricoques secos turcos han evolucionado de ser un manjar local a una fruta de renombre mundial, apreciada por su dulce sabor y sus innumerables aplicaciones culinarias.
La historia de los albaricoques secos turcos se remonta a la antigüedad, cuando los albaricoqueros florecían en los suelos fértiles de Anatolia. El clima cálido de la región y la abundante luz solar proporcionaban las condiciones perfectas para que los albaricoques maduraran y desarrollaran su característico dulzor. Las civilizaciones antiguas reconocieron el valor nutricional de la fruta y conservaron los albaricoques secándolos al sol, una práctica que se convertiría en un sello distintivo de la tradición culinaria turca.
Durante la era otomana, los albaricoques secos ganaron una gran popularidad como alimento nutritivo y práctico. Los comerciantes turcos recorrían las rutas comerciales intercambiando albaricoques secos por especias, textiles y otros productos, extendiendo su popularidad a tierras lejanas. Los albaricoques secos turcos se convirtieron en productos apreciados en los mercados europeos, donde se incorporaron con entusiasmo a dulces, productos horneados y platos salados.
El impacto global de los albaricoques secos turcos se expandió aún más con los avances en el transporte y las técnicas de conservación de alimentos. Las mejores rutas de envío permitieron que los albaricoques secos turcos llegaran a los mercados de todo el mundo, desde América del Norte hasta Asia y más allá. Los albaricoques secos turcos se convirtieron en productos básicos de las despensas de los hogares de todo el mundo, apreciados por su larga vida útil, su dulzura natural y su versatilidad tanto en platos dulces como salados.
En la actualidad, Turquía sigue siendo el principal productor y exportador de albaricoques secos, y regiones como Malatya y Afyonkarahisar son famosas por su calidad y sabor superiores. Los albaricoques secos turcos son apreciados por su color naranja vibrante, su textura tierna y su sabor rico y dulce, lo que los convierte en un ingrediente favorito en postres, mezclas de frutos secos y cocinas de inspiración mediterránea.
Además de su atractivo culinario, los albaricoques secos turcos ofrecen una gran cantidad de beneficios para la salud, entre ellos, su alto contenido en fibra, antioxidantes y nutrientes esenciales. A medida que los consumidores buscan cada vez más opciones de alimentos saludables y naturales, los albaricoques secos han surgido como una opción de refrigerio conveniente y nutritiva, lo que impulsa la demanda de productos turcos tanto en los mercados nacionales como internacionales.
La historia de los albaricoques secos turcos es una historia de tradición, innovación y atractivo global. Desde sus orígenes ancestrales en Anatolia hasta su popularidad generalizada en los estantes de los supermercados de todo el mundo, los albaricoques secos turcos siguen deleitando el paladar y nutriendo el cuerpo, encarnando la conexión atemporal entre la comida, la cultura y el comercio.
Una dulce herencia con impacto global

Malatya
Región de cultivo
Agosto-septiembre
Temporada de cosecha
Origen
Turquía

Embalaje
Cajas de 5 kg, 10 kg, 12,5 kg, 15 kg (otros tamaños bajo pedido)
Medidas - Pieza por KG
0-60-80
1 – 81-100
2 – 101-120
3 – 121-140
4-141-160
5 – 161-180
6 – 181-200
7 – 201-220
8 – 221 – +
Tallas
1-2-3-4-5-6-7-8
Albaricoque seco
Le rogamos que se ponga en contacto con nosotros para obtener más información.
Contacto
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Duis eleifend sem metus, in imperdiet urna porttitor quis.
